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control del tratamiento anticoagulante mapa

Los anticoagulantes orales como el acenocumarol (Sintrom) y la warfarina (Aldocumar) requieren análisis periódicos para valorar el estado de la coagulación y establecer la dosis del fármaco indicada para el paciente en cada momento. El análisis se suele hacer todos los meses, excepto en los inicios del tratamiento y en caso de cambio de dosis, que obligan a adelantarlo.

Los anticoagulantes son medicamentos que disminuyen la capacidad de coagulación de la sangre, por lo que reducen la probabilidad de formación de coágulos y, por lo tanto, disminuyen la incidencia de trombosis y embolias. Sin embargo, tienen el inconveniente de que favorecen las hemorragias, ya que el déficit de coagulación también evita que se formen los coágulos que sirven para taponar las roturas de los vasos sanguíneos (arterias y venas). Para que el riesgo de trombosis y hemorragia no sea elevado, es necesario que la dosis de estos medicamentos esté ajustada a un determinado nivel. Es por ello por lo que es necesaria la realización periódica de los análisis de control.

El control analítico se realiza midiendo el llamado “tiempo de protrombina”, cuyo valor se divide por un tiempo de protrombina estándar y el resultado se expresa como INR (international normalized ratio). Los valores normales del INR están alrededor de 1,0. Cuando una persona toma Sintrom o Aldocumar, el INR aumenta. Para conseguir una anticoagulación efectiva, el INR debe ser superior a 2,0. Cuando el INR aumenta, existe riesgo de hemorragia; para evitar que este riesgo sea excesivo, el INR no debe ser superior a 4,0. En las personas con fibrilación auricular, se recomienda mantener el INR entre 2,0 y 3,0, mientras que en los pacientes con prótesis mitral mecánica o prótesis tricúspide, así como en aquellos que presentan un alto riesgo de tromboembolismo, se recomienda que esté entre 2,5 y 3,5.

Clásicamente, el análisis del INR se hacía en sangre extraída mediante punción venosa. Sin embargo, desde hace ya unos años existe la posibilidad de determinar el INR mediante la extracción de una pequeña gota de sangre por punción en el pulpejo de los dedos. Esta gota de sangre se vierte directamente en una tira reactiva, la cual se introduce en un pequeño aparato, que se ha denominado coagulómetro, que realiza el análisis al momento y da el valor correspondiente del INR. De esta forma, ya no es necesario acudir a un laboratorio de análisis clínico para hacer el control del tratamiento anticoagulante, pues con el coagulómetro puede hacerse en cualquier consultorio médico e, incluso, en el domicilio del paciente.