<  Volver a Servicios
prueba de esfuerzo (ergometría) ergometria

¿Qué es una prueba de esfuerzo o ergometría?:

Básicamente, consiste en el registro gráfico de la actividad eléctrica del corazón recogida en la superficie de la piel mientras el paciente realiza un ejercicio físico. Es también denominada ergometría o electrocardiograma de esfuerzo. Dado que existen alteraciones eléctricas del corazón que sólo se desencadenan ante una situación de estrés, la finalidad principal de la prueba de esfuerzo es detectar los cambios que se producen en el electrocardiograma mientras el paciente realiza un ejercicio físico.

¿Para qué se utiliza?:

Se emplea, sobre todo, para diagnosticar o valorar la enfermedad coronaria. Así mismo, es útil en caso de arritmias que aparecen con el esfuerzo. Aunque menos frecuentemente, también se utiliza en la valoración de otras cardiopatías.

¿Cómo se realiza?:

Se trata de un procedimiento sencillo en el que el paciente no requiere una preparación previa. Únicamente se le recomienda que no haga una comida importante antes de la prueba y que evite ciertas sustancias, como el café, el té, las bebidas gaseosas, el chocolate y los analgésicos. Además, el médico debe indicar al paciente si tiene que suspender antes de la prueba alguno de los medicamentos que toma habitualmente. En la sala de ergometría, con el paciente tumbado en una camilla, se le frotará ligeramente en varias zonas del pecho, abdomen y, a veces, en la espalda, donde se le colocarán unos parches adhesivos que actúan como electrodos, los cuales, a través de sus correspondientes cables, transmiten la electricidad de la superficie del cuerpo a un aparato especial, en el que puede presentarse el registro en una pantalla o imprimirse en papel. Al paciente también se le pondrá un manguito de presión alrededor de uno de los brazos para medirle la tensión arterial durante la prueba. Entonces, se le pedirá que camine sobre una cinta sin fin (o tapiz rodante) o que pedalee en una bicicleta estática. Cada 2 o 3 minutos, aumentará la velocidad y la pendiente de la cinta sin fin o la resistencia de la bicicleta, intensificándose progresivamente el nivel del esfuerzo. El médico vigilará el trazado del electrocardiograma y la presión arterial, con la intención de detectar anomalías, sobre todo aquellas que indican que el corazón no está recibiendo suficiente oxígeno. Al finalizar el ejercicio, se le indicará al paciente que se acueste o se siente y descanse, mientras se le continúa monitorizado, por si aparecen anomalías post-esfuerzo. Después de la prueba, podrá comer, beber y reanudar sus actividades normales.

¿Cuáles son sus beneficios y riesgos?:

La prueba de esfuerzo permite diagnosticar, fundamentalmente, la enfermedad coronaria, ya que, cuando existe obstrucción de una o más arterias coronarias, la desproporción entre el reducido flujo sanguíneo y la mayor demanda del miocardio debida al ejercicio, se manifiesta con alteraciones características en el electrocardiograma. Algunos paciente presentan arritmias inducidas por el ejercicio, por lo que la prueba de esfuerzo es útil para desencadenarlas y estudiarlas. Básicamente, se recomienda realizar una prueba de esfuerzo a todas las personas con síntomas que hacen sospechar la presencia de enfermedad coronaria, sobre todo a las que refieren dolor torácico. También está indicada en la evaluación rutinaria de los pacientes con enfermedad coronaria crónica. La prueba de esfuerzo tiene un riesgo de complicaciones muy bajo. Los eventos severos son excepcionales. Habitualmente el estudio es inofensivo e indoloro. Únicamente produce el lógico agotamiento físico debido al esfuerzo. Algunos pacientes llegan a sentir dolor torácico debido a angina de pecho, pero suele ser pasajero, además de que suele responder rápidamente a la medicación antianginosa. Ocasionalmente, se producen ligeras irritaciones cutáneas en la zona de colocación de los electrodos.