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Prevención cardiovascular información sobre medidas preventivas para tu corazón y tus arterias

El horizonte de tu calidad de vida únicamente estará claro y sin nubes si se sigues las recomendaciones sobre los hábitos de vida cardiosaludables. Es obligatorio abandonar el tabaco, llevar un dieta sana, pobre en grasas y sal, y practicar ejercicio físico aeróbico habitualmente. Además, deberás hacerte controles periódicos de la presión arterial, así como de glucosa y colesterol en la sangre, y visitar regularmente al cardiólogo.



Cómo adelgazar y mantenerte

obesidadEstá demostrado que el exceso de peso corporal se asocia con los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Incluso, los obesos metabólicamente sanos tienen una mayor prevalencia de aterosclerosis coronaria subclínica que las personas con peso normal metabólicamente sanas, lo que apoya la idea de que la obesidad sin otros factores de riesgo no es una condición inofensiva.

Por otro lado, los individuos con obesidad extrema presentan infartos de miocardio a edad más joven y tienen peor perfil de factores de riesgo. A pesar de recibir las mismas medidas diagnósticas y terapéuticas que los demás pacientes, la obesidad extrema se asocia de forma independiente con mayor mortalidad hospitalaria.

Está ya más que demostrado que los obesos tienen un alto riesgo de padecer hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Se ha observado que los niños obesos tienen depósitos de grasa en la pared de las arterias similares a los de las personas adultas. No tratar la obesidad a tiempo puede reducir la esperanza de vida entre unos 15 y 20 años.

La obesidad es un problema que va en continuo aumento. A este ritmo, todos los habitantes de los países industrializados seremos obesos en no mucho tiempo. La proporción de obesidad infantil sigue aumentando. El incremento en el número de obesos se viene produciendo desde hace ya bastantes años y continúa creciendo.

Múltiples estudios estadísticos confirman el preocupante aumento del sobrepeso y la obesidad en los países industrializados. En algunos de ellos, como Estados Unidos y Japón, la incidencia de obesidad se ha triplicado en los últimos 30 años.

Parece lógico pensar que la principal causa de este aumento es la mayor disponibilidad de alimentos con alto contenido energético. Además, las comodidades de las que se dispone en las sociedades más avanzadas favorecen el sedentarismo, el cual también contribuye al aumento del peso corporal.

En contra de lo que muchos creen, la obesidad no es sólo una forma de constitución corporal diferente, sino que se trata de una verdadera enfermedad. La erróneamente denominada "curva de la felicidad" puede tener consecuencias graves para la salud.

Para el desarrollo de la obesidad influyen la herencia, la dieta, la falta de ejercicio físico y el estado psicológico del individuo. El obeso hereda la predisposición a padecer obesidad y, a lo largo de su vida, come más de lo que necesita y no practica deporte regularmente.

Es habitual que los padres fuercen a sus hijos a alimentarse en exceso. Así mismo, en los comedores de los colegios es frecuente que prohíban a los niños levantarse de la mesa si no se lo han comido todo. Sin embargo, para muchos de estos niños es suficiente con una pequeña cantidad de alimentos variados.

En la actualidad, la comida ocupa gran parte de nuestro tiempo. Se ha creado una influyente cultura en torno al "comer bien". Además, se ha potenciado el consumo de la llamada "comida basura", a base de hamburguesas, patatas fritas, salsas, dulces y refrescos.

Tratamiento de la obesidad

El tratamiento de la obesidad requiere una dieta baja en calorías, principalmente reduciendo el consumo de grasas y azúcares. Además, se debe practicar ejercicio físico a diario. En los casos extremos se puede recurrir a los medicamentos (siempre por indicación médica) o a la cirugía.

Sin embargo, es más difícil tratar la obesidad que prevenirla. Por ello, debemos insistir en las medidas de prevención. Se debe comenzar desde el nacimiento, recomendándose la lactancia materna, la cual disminuye la probabilidad de desarrollar obesidad.

Luego, hay que educar a los niños desde los 3 años de edad, orientándolos hacia unos hábitos de vida sanos, de manera que practiquen habitualmente una actividad deportiva y sigan una alimentación basada en frutas, verduras, cereales, legumbres y pescado.

En diversos estudios se ha observado que las medidas terapéuticas habituales para la obesidad, excluyendo los métodos quirúrgicos, no son verdaderamente efectivas para conseguir la reducción y mantenimiento de la pérdida de peso.

Con los programas de tratamiento de la obesidad actuales, basados en el control del peso a través de las actuaciones en atención primaria, no se puede esperar lograr reducciones clínicamente relevantes y sostenidas en el índice de masa corporal en la gran mayoría de los pacientes obesos.

Las primeras medidas terapéuticas en la obesidad se orientan hacia la dieta y los cambios en el estilo de vida. Está demostrado que la dieta y el ejercicio físico permiten conseguir una reducción significativa del índice de masa corporal, pero lo difícil es mantenerlo en el tiempo. La mayoría de los obesos vuelven a su peso inicial e, incluso, algunos lo superan al cabo de los años.

En ciertos casos se consigue el mantenimiento del peso corporal mediante visitas periódicas al médico, y la consecuente insistencia en las medidas dietéticas y de estilo de vida. Sin embargo, el tratamiento de la obesidad ha requerido medidas más drásticas, con fármacos y/o cirugía, para conseguir el objetivo de mantener en el tiempo el peso corporal adecuado.

El problema de la obesidad se acentúa por la dificultad que supone su control. Aumentar el peso corporal es mucho más fácil que disminuirlo. Es frecuente que los obesos aseguren que comen muy poco. Aunque el concepto de "comer poco" es diferente para ellos, es cierto que su metabolismo aprovecha al máximo los alimentos, de manera que cogen peso con mucha facilidad en pocos días, mientras que, para disminuir los mismos kilos, necesitan semanas de dieta estricta.

Existen medicamentos que ayudan a la pérdida de peso, así como técnicas quirúrgicas que han demostrado ser muy efectivas. Sin embargo, en cualquiera de los casos, siempre se necesita el convencimiento por parte del paciente. El obeso debe concienciarse de la necesidad de seguir una dieta hipocalórica estricta de forma mantenida. Además, debe practicar ejercicio físico regularmente.

Dietas para adelgazar

Si crees que es difícil perder peso, te damos la razón. Pero la dificultad está en ti. No puedes pensar que comes poco, porque lo que estás comiendo es lo que te mantiene en tu peso actual. Si tienes sobrepeso u obesidad, tienes que comer menos calorías y practicar más ejercicio físico.

Seguro que alguna vez te has puesto a dieta para intentar perder los kilos de más. Habrás probado diferentes tipos de dieta, pero siempre terminas igual. Habrás perdido peso inicialmente durante unas semanas y luego lo has vuelto a ganar. A muchas personas les ha pasado lo mismo.

Sin embargo, algunas personas consiguen reducir significativamente su peso y mantenerlo posteriormente. Son la minoría, pero los hay, lo que significa que adelgazar y mantener el peso es posible. Es difícil porque falla la voluntad, no porque sea difícil por sí mismo.

Se han publicado múltiples tipos de dieta para adelgazar, pero todas terminan igual. Unas restringen más los hidratos de carbono, mientras que otras limitan el consumo de grasas. Con cualquiera de ellas, se consigue perder peso inicialmente, pero la gran mayoría de las personas que las siguen terminan recuperando el peso que tenían al principio.

Solo un pequeño porcentaje de personas consigue reducir y mantener el peso con una de estas dietas. Unas dietas funcionan mejor en unas personas y otras dietas en otras personas. Está claro que lo que tienes que hacer es buscar la dieta que mejor se adapta a ti, e insistir en ella hasta que consigas el objetivo de perder peso y mantenerte posteriormente.

Es muy frecuente que los obesos pierdan bastante peso al comenzar con la dieta, pero luego se suelen estancar y terminan por volver a engordar. Este método no parece efectivo. Muy pocos consiguen algo así. Sin embargo, las personas que lo intentan progresivamente, de forma lenta, suelen conseguir mejores resultados.

Consejos para perder peso

  • Te recomendamos que te mentalices de una vez de que debes adelgazar y mantenerte en tu peso ideal, y que esto lo debes lograr poco a poco. No intentes perder mucho peso rápidamente. Mentalízate para que la pérdida sea lenta y progresiva. Por ejemplo, puedes proponerte perder un kilo de peso a la semana. Ponte ese objetivo.

  • No hagas caso de las dietas, los productos o los programas milagro para adelgazar, pues terminan siendo inefectivos. Además, recuerda que perder peso muy rápidamente puede ser peligroso para la salud. Tampoco cedas a la tentación de consumir medicamentos adelgazantes. Estos solo se deben usar si no consigues el objetivo con la dieta sola, y siempre bajo supervisión médica.

  • El problema mayor es el desánimo que se produce cuando no logras perder suficiente peso. Por ello, si no consigues el objetivo una semana, no importa, sigue aunque sea más lento. Incluso si solo pierdes un kilo al mes. O peor, si ganas peso. Lo más importante es persistir en el intento. La solución está en ti, en tu motivación.

  • Debes también valorar si su situación personal está influyendo en que estés comiendo mucho o te está condicionando para que no sigas la dieta. Muchas personas tienen problemas personales, con su familia o en el trabajo, que le deprimen y le llevan a comer más de lo habitual o a consumir alimentos muy calóricos. También los problemas económicos o el tipo de trabajo pueden influir en la alimentación que seguimos. Si tienes alguno de estos problemas, intenta solucionarlos. Si no es posible, mentalízate para que los problemas no influyan en tu alimentación.

  • Tienes que olvidar todo lo negativo y planificarte para seguir una dieta correcta y practicar ejercicio físico todos los días. Las personas que más cosas consiguen son las que logran quitarse los problemas de la cabeza y pensar solo en lo que les hace feliz.

  • Está claro que para perder peso es necesario que se quemen más calorías que las que se ingieren. Por lo tanto, tienes que comer menos calorías y quemarlas con más ejercicio físico. Para ingerir menos calorías, debes reducir o eliminar los alimentos más energéticos, como los hidratos de carbono refinados y las grasas saturadas.

  • Cuando vayas a comer, procura no llenar mucho los platos y no tienes que comértelo todo. Si sobra, guárdalo para la siguiente comida. Incluso, si vas a un restaurante, no te comas todo por el simple hecho de que lo vas a pagar. Pierde la vergüenza y dile al camarero que te lo ponga en un envase para llevártelo.

  • Procura eliminar de tu dieta todos los alimentos muy grasos y los muy dulces. Reduce el pan, las patatas y la pasta. Si te gustan, son preferibles los productos integrales.

  • Elimina las bebidas alcohólicas y las azucaradas. Lo ideal es beber agua. Si tomas algo diferente, que sea un poco de vino o cerveza, pero solo un poco.

  • Procura alimentarte con frutas, verduras, frutos secos, pescado, pollo y pavo. Con eso es suficiente, y puede ser una alimentación muy variada si sabes combinarlo.

  • No debes eliminar mucha comida, solo reducir la cantidad total y los alimentos con más calorías. Con esto, paciencia y mucha motivación conseguirás perder peso lentamente, que es lo que te recomendamos.

  • Por supuesto, junto a la dieta, debes practicar ejercicio físico regularmente. Sal a caminar o correr un poco, a montar en bicicleta o a nadar. Pero recuerda que volverás con hambre y debes contenerte para no darte el atracón y perder todo lo ganado en el día.

  • Para conseguir lo que te proponemos, debes cambiar drásticamente tu mentalidad. Debes pensar en positivo, eliminar la ansiedad y la depresión. Tienes que saber que no va a ser fácil, pero no debes desanimarte nunca. Pasarás por momentos peores, pero no debes claudicar.

  • Intenta resistirte a las tentaciones y a las presiones externas. Algunas situaciones, e incluso algunas personas, podrán amenazar tu situación, pero tu voluntad tiene que ser más fuerte. Tu salud es lo primero y tu organismo te lo agradecerá cada vez que pierdas peso.

  • Tienes prohibido decir "no puedo". Tú sí puedes. Lo que no puedes es seguir así, con mucha grasa corporal y pesando más de lo debido, porque es peligroso para tu salud. Debes empezar a cuidarte, tu salud es prioritaria, así que tienes que controlar tu alimentación y practicar ejercicio físico.